Leigh Bardugo
Fantasía
416 páginas
Hidra
Este libro es el inicio de una trilogía en un mundo fantástico. Seguimos la historia de una huérfana llamada Alina, quien, después de un tiempo trabajando como cartógrafa, descubre que su poder no solo existe, sino que es más fuerte de lo que imaginaba. A raíz de esto, es reclutada por El Oscuro para vencer a la Sombra, pasando cinco meses en entrenamiento, olvidándose de sus orígenes y, especialmente, de Mal, su compañero del orfanato y uno de los mejores rastreadores que existe.
Tengo mucho que decir sobre este libro, y aunque normalmente empiezo con los puntos positivos, en este caso es complicado. La ambientación, la historia y los personajes no logran conectar ni entrelazarse del todo. Como aspecto positivo, el ritmo es impresionante: suceden demasiadas cosas en poco tiempo, sin oportunidad para que el lector respire entre las acciones. Sin embargo, esta rapidez termina dejando de lado la construcción del mundo. Terminé el libro sabiendo lo mismo que al inicio, lo que hace difícil conectar con los personajes, ya que no se conocen bien sus poderes o roles.
Respecto a Alina como protagonista, es insufrible. Sus acciones parecen irracionales, caprichosas e incluso bastante tontas a veces. Varias veces mientras leía me daban ganas de gritarle: "Cariño, basta de actuar así". No se menciona su edad, pero parece comportarse como una adolescente de entre 14 y 15 años, lo cual desentona con el contexto de sus relaciones y el paso del tiempo en la historia. Creo que la autora intenta situarla en la veintena, pero sus actitudes la vuelven difícil de soportar.
El antagonista es predecible desde el principio, y aunque el giro se ve venir, esto no es necesariamente negativo. A pesar de ser predecible y estar lleno de clichés, el libro se disfruta en el camino. Como mencioné antes, la escritura es ágil, y prácticamente se lee solo.
En cuanto a los personajes secundarios, aunque hay muchos, sus historias tampoco se desarrollan del todo. Parecen estar ahí solo para apoyar a la protagonista sin sentirse como individuos con sus propias motivaciones.
También encontramos un triángulo amoroso lleno de clichés, donde el lector termina apoyando al amigo que siempre ha estado allí, aunque Alina no lo merezca del todo. Aun así, este elemento es entretenido.
A pesar de las críticas, no quiero que se malinterprete. Si bien el libro está lleno de clichés, esto no es un problema en sí mismo. El fallo principal, en mi opinión, es la falta de construcción del mundo, dejando muchos cabos sueltos y preguntas sin responder. No sé si se resolverán en los siguientes libros, pero por el momento no tengo planes de continuar la trilogía. Como punto positivo, el final da un cierre satisfactorio a esta historia, dejando la puerta abierta para una continuación.
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