Satoshi Yagisawa
224 páginas
Letras de plata
Contemporánea
Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas y esta no es la excepción. Es imposible hacer una reseña sin comparar las dos novelas, mientras que, en la primera, el autor nos acerca al amor de los libros, su poder sanador y esos abrazos que nos dan en los momentos más desesperados, en este, continuamos la historia desde otra perspectiva.
Takako, después de mudarse de la librería regresa para hacer una suplencia a sus tíos quienes van a viajar por motivo de su aniversario. Vuelve a reencontrarse con los libros que le ayudaron a sanar cuando más lo necesitaba, pero de manera momentánea. En esta entrega, el autor nos envuelve con una narrativa ligera, frases que invitan a la reflexión y sigue con la esencia de un libro que habla sobre libros.
Sin embargo, para mí la primera historia terminó de una manera excelente y no necesitaba una continuación. Los personajes ya habían cerrado ciclos que se vuelven a abrir sin ningún motivo aparente. Otra de las cosas que más me decepcionó del libro fue el final, que, admito que talvez de leerlo en otro momento de mi vida mi percepción hubiese sido diferente, por lo que no descarto una relectura en un futuro; y tal vez si pueda disfrutar esta historia, que me dejó con una sensación melancólica.
Hay otro aspecto que es importante destacar: la traducción. Hay cambios de tiempos verbales, el narrador cambia de primera persona a tercera, y si bien son pequeñas erratas que no me sacan de la historia, si considero que sería importante que se hiciera una nueva reedición con unas pequeñas correcciones.
A pesar de todo esto ¿lo recomiendo? Sí. La verdad es que sigo pensando que aunque el primero fue mucho mejor, este también te arropa el corazón.
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