Muriel Baldrich
342 páginas
Thriller
Es la segunda entrega de la trilogía Saint Etiel y se nota una evolución tanto en la trama como en la escritora. Danae regresa a la universidad, la noticia que su padre está vivo sigue causando estragos en su vida, tanto a nivel académico como a nivel personal, teniendo que elegir si lo ayuda a seguir con toda la parafernalia, o continua su camino sola.
Tenemos un nuevo misterio a resolver, nuevos cuerpos aparecen y los culpables ya no son tan obvios. El libro tiene un ritmo frenético donde pasa demasiado y todo muy rápido. Algo que me gustó de esta historia es como enlaza el misterio con el arte, la academia y la ciencia.
El final me pareció un poco predecible. Los personajes secundarios que en la primera parte me gustaron, en esta sentí que simplemente estaban ahí, cometiendo errores y salvando el cuello de Danae, quien pasó la historia intentando cavar su propia tumba.
La escritura de Muriel es fácil de leer, es fluída, con capítulos cortos y sencillos. Sin embargo, en esta entrega, empieza a incorporar citas y fragmentos necesarios para la historia, para darle realidad a ese escenario elitesco y filosófico, pero el uso de recurso, en algunas partes se me hizo excesivo.
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