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La hermandad de las malas hijas

Foto del escritor: MauxMaux

Vanessa Montfort

536 páginas

Cozy Mistery

Plaza & Janés




La autora nos presenta una historia de esas que te hacen ver que la vida es más que blanco o negro. La protagonista es una mujer fuerte que siempre tuvo un sueño: ser detective, pero no puede lograrlo porque no cumple con los requisitos físicos mínimos, especialmente la altura. Sin embargo, tiene la actitud propia de alguien que dice: "si me cierran la puerta, entro por la ventana", y termina perteneciendo al cuerpo como entrenadora de la unidad canina. Tiene una chihuahua, igual de pequeña que ella, pero igual de asertiva y diligente en lo que hace.


Ella está feliz conviviendo con su sueño frustrado y también soportando las expectativas no cumplidas que su madre puso sobre ella. Sin embargo, el destino es caprichoso y el hallazgo de un cuerpo sin vida en el apartamento de su mamá hace que se cuestione qué tanto sabe de la mujer que tiene enfrente. Se reúne con sus amigas de la infancia, vuelve a recorrer las mismas calles, se encuentran en el mismo bar y, poco a poco, la pandilla retoma uno de esos pasatiempos de la infancia: resolver misterios, solo que esta vez lo tienen en la puerta de su casa y no hay ninguna madre que parezca ser inocente.


La hermandad de las malas hijas, como su nombre lo indica, se convierte en un grupo de viejas amigas que tomaron caminos diferentes, pero por caprichos del destino terminaron todas sentadas en la plaza, escudriñando los secretos más íntimos de sus madres: las mismas que nunca han estado conformes con las decisiones que ellas han tomado.


En cuanto al caso en sí, para mí es donde el libro flaquea. Me gustó mucho más la trama de ellas enfrentándose a sus temores y expectativas, quitándose la carga y admitiendo con orgullo que son "malas hijas" si ese es el precio que tienen que pagar por querer cumplir su sueño. Pero, como amante del thriller, la resolución del caso me pareció un poco de chiste, aun mirándolo con la lupa del género, que tiende a ser más suave, menos técnico y más enfocado en los personajes que en el crimen en sí. Aun viéndolo desde esa óptica, no me gustó.


Los personajes de cada una de las madres están construidos para que empaticemos con ellas, para que podamos entender su manera de ser con sus hijas, y eso lo logra. Al final del libro, queda esa sensación de sororidad y de empatía porque comprendes que hicieron lo que pudieron, con los recursos que tenían, siguiendo los patrones de una época, y además solo querían lo que ellas consideraban mejor para sus hijas, lo que se resume en lo que ellas no pudieron tener.


Es un libro ameno, divertido, que me hizo soltar una lagrimita y que te recomiendo.



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