Realismo Mágico
Irene Solá
188 paginas
Anagrama
Escribir esta reseña no es fácil, ya que el libro es complejo y muy diferente a lo habitual. Se trata de una historia sin una estructura lineal, sin personajes claramente definidos al principio (y casi tampoco al final). Todo está narrado en primera persona, aunque nunca sabemos con certeza quién nos habla.
El libro es, en esencia, una oda a la naturaleza, presentada como un ser propio capaz de influir en la vida y las interacciones de un pueblo que crece bajo su protección. Las montañas, las leyendas, las nubes y las mujeres cobran una voz propia, difuminando los límites entre lo real y lo imaginario. A través de una narrativa envolvente, la autora nos sumerge en una especie de túnel donde los límites racionales desaparecen, trazando una novela que solo adquiere pleno sentido cuando la terminas, la dejas reposar y analizas lo que acabas de leer.
En lo personal, me costó mucho avanzar. Si no hubiese sido la lectura de un club, probablemente lo habría abandonado. Desafortunadamente, no pude participar en la discusión final debido a motivos personales, pero estoy segura de que habría enriquecido mi perspectiva. Este libro deja una sensación peculiar: aunque puedo decir que me gustó y que su última página me dejó con algo positivo, también confieso que pasé gran parte de la lectura sin entender del todo qué estaba leyendo, aunque envuelta en una prosa que cautiva.
¿Recomendaría este libro? Depende. No lo sugeriría si planeas leerlo a ciegas o buscas algo ligero. Tampoco es un texto estrictamente analítico. Es único en su especie, y estoy segura de que puede generar debates interesantes dependiendo del lector. Si te atreves a darle una oportunidad, aquí puedes conseguirlo:
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